NADA

Escribo desde la inercia. No soy inocente, y sé que no voy a poder encontrarme en mis palabras como me gustaría e igual escribo, algo me impulsa (no es la primera vez que lo hago).

"Cuando imagino suicidarme por una llamada telefónica que no llega, se produce una obscenidad tan grande como cuando, en Sade, el papa sodomiza a un pavo. Pero la obscenidad sentimental es menos extraña, y eso es lo que la hace más abyecta; nada puede superar el inconveniente de un sujeto que se hunde porque su otro adopta un aire ausente, mientras existen todavía tantos hombres en el mundo que mueren de hambre, mientras tantos pueblos luchan duramente por su liberación..." Fragmentos del discurso amoroso de roland Barthés.

A veces en medio del girar de mis días volcánicos, me pregunto que estoy haciendo. A veces me la pregunta aparece demasiado tarde, cuando la sucesión de momentos ha vuelto imposible cualquier hipótesis razonable. Entonces las palabras se me agotan o me quedan huecas. Hoy cierro los ojos, para poder ver más más claramente y sólo me quedo con una: NADA.
La paradoja es que me quedo con NADA. Y es así. Hoy me parece que todo queda en NADA, que el mundo es un lugar mucho más seguro si uno no apuesta NADA, no espera NADA de NADIE. ¿Para tanto será?(o será otra de mis exageraciones románticas?)
Así la vida se va volviendo natural y uno se acostumbra. Como si le hubieran dado nuevas cartas y supiera que ya no existe ni ancho de basto ni de espada en la baraja. Que probablemente todo se decida entre un patético desfile de cincos y cuatros de copas. Y uno sigue jugando igual ¿Por que no se retira? Para que se queda??
Por necesidad?, por supervivencia? por instinto? Por masoquismo? Por qué esa pulsión estúpida de insitir en un juego tan absurdo?.
quizás todos buscamos de alguna manera, ser más felices (excepto algunos psicópatas que conozco a los que mejor no acercase porque no solo no tratan de ser más felices sino que no dejan ser feliz a nadie) e intentamos en nuestras relaciones con la gente establecer parámetros de seguridad, organizar las variables, determinar los límites. Pero entonces los límites se corren y las variables uno ya no sabe donde meterlas, porque se rien de nosotros (¿otra vez vas a escribirle? ¿te parece llamarlo? ¿Te parece no llamarlo?¿No te aburre hablar de nada?¿que quiere decir con eso? ¿Esto era lo que querías?…)
Y donde todo podría confundirse, todo está claro. Y donde no se dice nada pasa de todo y donde se dice todo no hay peligro. Y de pronto una tarde pasa a ser noche y uno termina no sabe donde ni entiende por qué y trata de explicarse que uno no está siendo confuso y que tiene todo re claro, porque lo único que está claro es que no pasa nada.
Se rie de nosotros la vida. En serio!!!. Estoy casi segura que en algún lugar hay una especie de pantalla gigante donde transmiten nuestras historias, ininterrumpidas, y un grupo de reidores profesionales disfruta del bizarro espectáculo a veces con más rating que otras, que se trasnmite siempre sin cortes.
Y ahora que me aparece NADA en la cabeza, en el pecho, en las entrañas.
Ahora que escribo sobre NADA. Sé que no puedo jugar asi. Que me niego. Que no puedo creer que sólo existan cincos y cuatro en el mazo. Aunque lo haga y lo siga haciendo durante un tiempo, (está comprobado que los humanos somos los seres vivos más contradictorios de la historia). Y esa será mi paradoja. Porque asi soy, y así me sale, aunque me cueste entenderme.