Negociemos

Perdón mundo. Y cuando digo mundo se que estoy generalizando y que odias las generalizaciones. Pero necesito hablarte de alguna manera.

Me has (en el último tiempo más que nada) aplastado tanto. Que creo necesario que nos demos un tiempo.
Sé que no vas a cambiar porque a mi simplemente no me guste como funcionas. Pero me niego a que me quites el derecho de enojarme.
Me niego a convertirme en alguien frío que comprende que funcionas así. Aunque sería menos doloroso. Y a veces creo que no podré evitarlo.
Que hay un reflejo natural.
Una manera de atajarse la cabeza cuando se va a golpear contra el muro. Aunque no haya muro.
Tengo miedo de perderme y ser alguien que no quiero. De perder la ingenuidad y la hermosura de todavía esperar algo.
Y no sé lo que tramas.
Pero planeo encontrar la manera de cuidar nuestros abismos, de mantenerme muy cerca de mí misma. Tratando de no embarullarme y tapar el silencio. Todo consistirá en encontrar algún pedal para que la cosa gire.
Te anticipo que no pienso ser objeto (aunque parece que eso haría todo mucho más sencillo), y que no planeo olvidarme de quien soy, o de donde vengo.

Te anticipo que me importa un carajo el estúpido dinero, aunque me hayas vuelto hacia él tan inevitablemente e inevitablemente lo esté buscando. No te ilusiones, no me has cambiado.
Te aviso que pienso crear un puente a otro lugar (sé que a veces te vanaglorias de ser la única opción y que eso te da seguridad). Yo no estaría tan segura.
Creo que lo mejor va a ser que aproveches este tiempo y lo pienses bien. Si es que todavía te interesa que me quede. (a veces tienes bonitos gestos que me hacen pensar que si)
Porque puedes perderme. Puede que pierda toda fe en ti. Y no quiero quedarme sin mundo, pero me estás acorralando.

Claro quizás, dirías tu. "Tengo 5000 millones más y que me importa que un numerito pequeño como tú me abandone". Pero te dije que voy a construir un puente y no pienso marcharme sola. Y 5000 millones no es un número tan grande si aún con ellos te sientes sólo. Y sé que te cuestan los domingos.
Igual estoy segura que no me escuchas, a veces no entiendo para que me gasto en hablarte. ¿Será que trato desesperadamente de entenderte?.
Sería un bonito detalle si trataras, por esta vez, de hacer lo mismo.