8.3.06

Cotidianeidades

Clara sube al colectivo en la parada más triste de esa noche, el recorrido del 160 confunde y condensa la ciudad en 2 horas y treinta y cinco minutos imposibles para hacer con este tránsito.
No hay temperatura, es decir, no hace frío ni calor, no hay tiempo, no hay ruido alrededor de los auriculares, y concrete jungle se introduce en la única ventana de mundo que nos queda.
Clara atina a sacar algo de la mochila.
el conductor se olvida de clara, clara se olvida del conductor con los ojos cerrados y la cabeza contra el vidrio, se olvida de las esquinas, de la noche.
El colectivo abre las puertas para clara, Clara lo pisa, el colectivo disfruta de esos cortos pasitos que la muchacha realiza hasta llegar al tercer asiento de la derecha en el que finalmente se sienta.
luego, cuando el colectivo se estrella, cuando todo se convierte en una confusión de carne y fuego, en la que todo arde Clara reacciona, se incorpora de su asiento y decide bajarse.
Levanta la cabeza (imaginarse es una de las estrategias más originales para vencer el aburrimiento de los viajes conocidos de memoria).
El conductor probablemente la haya olvidado, y aunque no hay señales de ningún accidente inminente Clara se niega a cerrar los ojos. Y en el insomnio de su viaje, Clara tiene hambre.
y tiempo....

1 Comments:

Anonymous Anónimo dijo...

Claro! Clara!...ULTIMO MOMENTO: JOVEN DESCUBRE QUE ESTO ES SOLO UN PASO EN EL INFINITO...y nada empieza...y nada termina...todo es relativo y subjetivo...lo que empieza y termina es para los demas, no para uno...que cuando se olvida de respirar...tiene hambre



y tiempo.

SUNCHI

2:13 a. m.  

Publicar un comentario

<< Home