Hay una pluma en mi cuaderno
Pluma que estaba en el pasto, chorreada de sol, cerca muy cerca
del llanto y la gente y la tumba, y el cura bendiciendo el cajón, el
silencio, la desesperación; pluma que borracha de viento reposaba en un
pedazo cualquiera de pasto estúpido de un cementerio
privado.
La agarré y la miré detenidamente, como si me permitiera
recordarte, la peiné abrí la mochila saqué mi cuaderno y la
guardé.
recordarte, la peiné abrí la mochila saqué mi cuaderno y la
guardé.
Es mi manera de despedirme.
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