11.9.05

Esta tarde

No sabiendo si moriré mañana u hoy, quizás ambos días.
Es que miro la prisión de tus palabras.
Y no quiero morir. No ésta tarde. No porque el día esté particularmente soleado. O la vida haya amanecido más alegre esta mañana, o el mundo me haya prometido inmensos tesoros para la noche. Es que soy víctima de una obstinación absurda.¿será que siempre hablaremos de lo mismo?
No quiero morir esta tarde. No te enojes. No puedo. Si me llamas mañana prometo intentar morirme…bueno en realidad no lo prometo, y es que, en la soledad y embriaguez de mis pensamientos, nada es árido, nada es ajeno.
Y no quiero morir cuando me paro frente al pozo, ni cuando salto, ni cuando me estrello. Ni cuando nazco. Ni cuando quiero morir (a veces yo también tengo secretos).
Y quizás me hacen falta las palabras para que este abismo se vuelva hermoso. Para que mi prisión (puerta) vuele como una bandada de pájaros hacia el oeste. Para que desde lo árido que me rodea pueda descubrir el placer de negarme mi propio balde. De encerrarme como a un personaje triste, de ganarme a mi misma aunque sea aquí. Aunque sea un rato.
Probablemente me falte mundo para creer en las tristezas. O vejez para dejar de extrañarme.
Quizás entre esa mezcla de falta de aridez y abismo, de hermosura de la tarde y tristeza, en ese vacío de ruinas en que la guadaña y la sangre no me importan, es que nazco.
Ahora lo sabes… no pienso morir esta tarde, así que deja de llorar, promete no empujarme y caminemos.

Tito

Las cervezas me gustan frias, la pizza caliente y los amigos cerca y como los conozco.
Un amigo mio decía hace un tiempo que un síntoma de que nos estamos poniendo viejos (tema recurrente en mi amigo) es que ya no tenemos tantas ganas de cambiar de amigos todo el tiempo. Cuando uno era chico podía tener varios mejores amigos, los iba cambiando. De grande uno ya quiere tener un staff estable, cansa cambiar de amigo y los amigos comienzan a tener trayectoria en nuestras vidas.
Y cuando un amigo se nos va, una parte de nosotros nos duele mucho y si se va para ser feliz y hacer su historia en otro lugar que no es nuestro camino, duele más (porque uno quiere que el maldito sea felíz).
Uno quiere que los amigos tengan proyectos, pero cerca.
Uno los quiere cerca, donde los conoce, y hasta en cierta manera tiene la sensación de seguridad de que si están cerca nada va a cambiar … nunca. Y uno va a volver a ellos que siempre vana a estar alli tal y como uno los recuerda (lo cual no tiene ningún basamento científico, pero esperamos que sea asi, o si cambian y crecen que lo hagan con nosotros o como nosotros).
Un amigo se me va lejos. Y sé que no tiene sentido pensar que el hecho de cruzar un océano, significa que una persona va a cambiar
Otro amigo me decía que ve menos a los amigos que tiene a la vuelta de la casa, que a los que viven a kmts.
Y puede ser… pero los sentimientos son así, caprichosos, un poco egoístas…un amigo se ME va. se dan cuenta??
Y estoy muy contenta por él, ja
Pero me pone muuuy triste.